Volver al curso: Evolución del sector apícola y del sector de plantas aromáticas y medicinales (PAM)
Las características del sector apícola español derivan de las particularidades que entrañan la climatología y orografía de nuestro país, con diferencias notorias entre las regiones del norte y sur peninsular, así como con las islas, lo que resulta en una gran variedad de sistemas productivos repartidos a lo largo del territorio nacional.
Esta variabilidad puede agruparse de manera general en dos grandes tipos de apicultura en España. Por un lado, la actividad de la zona norte y noroeste, caracterizada por una apicultura estante con un alto grado de “hobbistas” y de apicultores pequeños. Por otro lado, la actividad apícola de la zona centro, sur y suroeste, en la que el grado de profesionalización es mayor y se suele vincular a una actividad trashumante. En Andalucía, la práctica de la trashumancia viene cobrando cada vez más importancia, pasando de 546.086 colmenas en abril de 2019 a 598.899 en abril de 2022.
En los últimos años, aspectos como las subidas en los precios del gasóleo (fundamental para la actividad trashumante con desplazamientos a grandes distancias), del complemento de alimentación, de los tarros, cajas y envases metálicos han repercutido negativamente en el sector apícola. Además, el debilitamiento y la mayor mortalidad de las colmenas han obligado a hacer un mayor uso de estos recursos, acrecentando así el problema de costes. Se ha necesitado un mayor manejo y presencia en los colmenares, complementar la alimentación de las colmenas más intensamente para reencontrar su vigorosidad y proveerse o promover más enjambres para recuperar la cabaña perdida. Por último, la menor producción de miel y polen por colmena, evidentemente, contribuye a que el coste por kilogramo de miel o polen producido se multiplique. Por tanto por colmena, ya que las apicultoras y los apicultores han tenido que utilizar más inputs, con precios más elevados y obteniendo una menor producción.
Por otro lado, en los últimos años el sector viene manteniendo un crecimiento constante, tanto en número de colmenas, como de explotaciones y de apicultores. En el ámbito comunitario, España destaca por su censo de colmenas (alrededor del 16% de las colmenas en la UE). A finales del 2022 son un total de 3.127.207 las explotaciones registradas en el censo, con respecto a las 2.937.463 que se registraron en enero de 2018 (Imagen 1).
En cuanto a su profesionalización, el 80% de las colmenas del censo español pertenecen a apicultores profesionales (aquellos que gestionan más de 150 colmenas). El grado de profesionalización de la apicultura en España supera la media de la UE, con un 22,51% de apicultores profesionales en el periodo 2020-2022. Este perfil, unido a datos productivos y de comercio exterior de gran relevancia, que detallaremos a continuación, refleja la importancia del sector apícola español.