Las plantas aromáticas y medicinales (PAM) son un grupo extenso de plantas utilizadas por sus beneficios medicinales, saborizantes o aromatizantes; en el que destacan especies como la albahaca, anís, árnica, cilantro, comino, eneldo, epazote, flor de azahar, geranio, gordolobo, hierbabuena, jamaica, laurel, lavanda, manzanilla, mejorana, menta, orégano, perejil, pericón, romero, ruda, salvia, tarragón o estragón, tomillo, valeriana, vetiver, zacate limón, entre otras. Este grupo de plantas tienen como característica común un elevado contenido de sustancias o principios activos, con propiedades químicas, bioquímicas u organolépticas muy específicas, que permiten su uso con finalidades terapéuticas, aromáticas, gastronómicas, entre otras.
Los principios activos que contienen este grupo de plantas son sintetizados por las plantas como metabolitos secundarios. Estos se pueden clasificar en tres grandes grupos: terpenos, fenoles y alcaloides. En función del tipo y cantidad de principios activos presentes en las plantas, se definirá su uso y se podrá clasificar como medicinales, aromáticas o condimentarias.